sábado, 17 de julio de 2010

lunes, 12 de julio de 2010

LA RECARGA O CAMBIO DE CARGADOR EN LA PISTOLA SEMIAUTOMÁTICA

Dentro de cualquier plan de formación o de actualización del profesional armado, debería ser una de las asignaturas pendientes, ya que son muchos los que conocen la teoría, pero pocos los que llevan a efecto la práctica.

He podido comprobar en mis clases, como el 80% aproximado de los tiradores, cuando acaban una secuencia de disparo o ejercicio de tiro, y el instructor dispone un cambio de cargador, éstos desconocen la ubicación del mismo, como sacar el vacío o con menor número de cartuchos de la pistola con celeridad e introducir el lleno sin trabas, como soltar la corredera, etc.

Asimismo son muchos los profesionales que habitualmente solo portan un cargador de servicio, haciendo gala del aquel viejo dicho que reza “lo que no vayas a solucionar con 5 o 10 cartuchos, no lo vas a solucionar con 25 o 30”. Normalmente a esta afirmación y a otras de similar índole suelo responder, que yo prefiero llevar 30 cartuchos y no necesitarlos que necesitarlos y no llevarlos, además de que nunca una intervención o enfrentamiento es igual a otro, y nunca podremos predecir que tipo de arma, o que cantidad de munición va a portar un posible agresor.

De forma general se puede decir que existen dos momentos en los que realizar un cambio de cargador, con sus posibles variantes, dando lugar estos momentos a lo que se conoce como cambio táctico de cargador o recarga táctica y cambio de emergencia o recarga de emergencia.

Se entiende por “cambio táctico de cargador o recarga táctica”, aquella maniobra que se realiza sin haber agotado los cartuchos que llevamos en el cargador con el que iniciamos la secuencia de tiro, sin desprendernos del mismo, y teniendo la pistola alimentada con un cartucho en la recámara. Es decir, en previsión de tener que abrir fuego efectivo y ante la posibilidad de quedarnos sin munición en un momento crucial, realizamos el cambio de cargador, pero sujetando o asegurando el primer cargador ya que sus cartuchos pueden llegar a hacernos falta en el transcurso del enfrentamiento armado.

Existen varias formas de realizar este tipo de cambio de cargador, unas más simples, y otras que requieren de una mayor complejidad motora, las cuales requieren mayor entrenamiento.

Personalmente prefiero las de mayor simplicidad, dado que tenemos que tener presente que en el transcurso de un enfrentamiento real, nuestras capacidades se verán mermadas por múltiples factores, entre ellos los nervios, pero que también deben ser conocidos por el tirador.

Normalmente indico en mis clases a la gente que para realizar el cambio táctico de cargador es mejor servirse de ayuda de un bolsillo de nuestro pantalón o del borde del propio pantalón, que intentar sujetar ambos cargadores en una mano. Con entrenamiento se puede realizar ese tipo de cambio sujetando ambos cargadores en una mano, posicionando uno de ellos entre los dedos meñique y anular de la mano débil, pero en una situación de estrés tendremos muchas posibilidades de que se nos caiga, o perderlo, si no tenemos el movimiento interiorizado.

El modo de ejecución, sería, retirar el cargador usado e introducirlo en el bolsillo, y aprovechando el momento de subir la mano débil nuevamente hacia la pistola, arrastrar el cargador lleno desde el porta cargador hacia la pistola.

Por “cambio de cargador de emergencia o recarga táctica", entendemos la que se realiza en el momento que agotamos la munición del cargador que portamos en el interior de la pistola, procediéndose en ese momento al cambio de cargador, debiendo asimismo alimentar la recámara de la pistola.

Por norma general, en casi la totalidad de pistolas semiautomáticas, salvo avería o mala manipulación, al agotarse la munición del cargador, la teja elevadora del propio cargador hace retener la corredera en su parte más retrasada, por lo que solamente nos restará dejar caer el cargador vacío, introducir el lleno y soltar la corredera para alimentar la recámara.

Existen varias forma de soltar la corredera, a través de actuar sobre la pieza de retenida con la mano fuerte, con la mano débil, o tirando de la corredera con la mano débil, siendo éste última forma de la que yo soy más partidario, ya que con las anteriores si no tenemos los dedos lo suficientemente largos, desharemos el empuñamiento.

Otra de las cosas que aunque comente en último lugar tiene gran importancia es la colocación del porta-cargador y los cargadores en su interior. Yo personalmente los llevo en la parte opuesta a donde porto la pistola, es decir en la cintura en la parte izquierda, donde tengo un buen acceso a los mismo. Asimismo coloco los cargadores, de forma que el proyectil de los mismos quede orientado hacia delante, de modo que al cogerlo pueda tocar con la yema de mi dedo índice de la mano débil al propio proyectil. Lo hemos dicho en otras entradas, esta es la forma que nosotros empleamos, pero no es la única, simplemente la que a nosotros nos va bien.

A modo de finalización de este artículo os diré, que el cambio de cargador o recarga idónea será aquel en el que combinemos la velocidad de ejecución con la seguridad de resolución en la maniobra.